martes, 10 de marzo de 2009

Científicos olvidados (o quizá no): Georg Steller

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Hoy hace 300 años del nacimiento de Georg Steller, botánico, zoólogo, médico y explorador alemán.

Georg Wilhelm Steller (10 de marzo de 1709 - 14 de noviembre de 1746), , nació en Windsheim, cerca de Núremberg y estudió en la Universidad de Wittenberg.



En noviembre de 1734 viajó a Rusia para trabajar en la Academia de Ciencias de San Petersburgo. En enero de 1738 dejó San Petersburgo para unirse en calidad de naturalista a la segunda expedición de Vitus Bering a Kamchatka. En septiembre de 1740, la expedición zarpó de Ojotsk, en la costa oriental de Rusia, y se dirigió a la península de Kamchatka. Más tarde, la expedición se dirigió a Alaska, adonde llegó en julio de 1741. En el viaje de vuelta, la expedición naufragó en la isla de Bering. Durante el invierno, la mitad de los náufragos, incluyendo al propio Bering, murieron del escorbuto. En ese tiempo, Steller escribió De Bestiis Marinus, donde describió la fauna de la región. En la primavera, los supervivientes construyeron un barco y regresaron a Kamchatka. Steller pasó dos años más explorando la región. De regreso a San Petersburgo, murió por unas fiebres en Tiumén, en Siberia Occidental.


Steller fue el primer naturalista que describió numerosas plantas y animales de Norteamérica y el Ártico, como el arrendajo de Steller, el oso marino ártico, la nutria marina, el león marino de Steller, el eider chico (en la foto), el cormorán de Pallas y la vaca marina de Steller. Estas dos últimas especies se extinguieron pocos años más tarde debido a la intensa caza a la que fueron sometidas.


También describió un extraño animal al que llamó mono marino y que, aparentemente, nadie más ha vuelto a ver nunca. Ocurrió al atardecer del 10 de agosto de 1741, al sur de Alaska. Se trataba de un mamífero de 1,5 metros de longitud, de cabeza perruna y orejas enhiestas y puntiagudas, con una especie de barba de pelos largos alrededor de la boca, ojos grandes y cuerpo oblongo que se estrechaba hacia la cola, cuya mitad superior era mayor que la inferior, como la cola de un tiburón. Aparentemente carecía de extremidades. El pelaje era espeso en todo el cuerpo, de color gris en el lomo y castaño muy claro en el vientre. Durante las dos horas que duró la observación, el animal, muy ágil, se dedicó a bucear bajo el barco, a flotar en posición vertical con un tercio del cuerpo fuera del agua y a jugar con restos flotantes. El comportamiento del animal era el típico de un pinnípedo; en un pinnípedo, las patas delanteras, pegadas al cuerpo, pueden pasar desapercibidas, y las traseras, según su posición, pueden tener el aspecto de una cola asimétrica. En 1936, el naturalista noruego Leonhard Stejneger (1851-1943), conservador del Departamento de Reptiles y Batracios de la Smithsonian Institution y biógrafo de Steller, propuso que se trataba de un macho joven de oso marino ártico; otros autores han propuesto identidades diferentes, como una nutria marina o un macho joven de león marino de California. ¿Era realmente uno de esos animales, o se trataba de una especie desconocida que, como la vaca marina de Steller y el cormorán de Pallas, se extinguió y ya nunca más podremos ver?

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